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Las malas decisiones se dan al momento de optar por la
opción equivocada, cegados por la sinrazón no somos capaces de darnos cuenta,
por lo tanto, el resultado de ello automáticamente será el fracaso, la
depresión, la soledad, el llanto, etc.
Las decisiones que son tomadas con mucha prisa o sin un
previo análisis, pueden convertirse en un grave error. La vida nos presenta
muchas alternativas y lo correcto es analizar una a una para poder tomar la
opción correcta.
Cuando hablamos de malas decisiones nos referimos
directamente a hechos concretos realizados por el ser humano, esto nos sumerge
en un mundo mas amplio, el campo de la ética.
Muchas de nuestras frustraciones
son el resultado de no haber tomado la decisión correcta y es por lo que en la
mayoría de los casos nos sumergimos en una depresión fatal.
Solo
los actos humanos son los que proceden de la voluntad deliberada del hombre, hoy
más que nunca se necesita crear una sociedad más ética, más justa, más
equitativa, más solidaria y de confianza, esto se logrará si se empieza a
modificar el actuar individual, mediante el ejemplo, a través de las obras que
permiten el BIEN COMÚN y que encaminan a la construcción de nuevos proyectos
sociales y de nación, que son resultado del amor a los demás y a la humanidad.[1]
Por naturaleza somos seres racionales, Dios nos ha dotado
de inteligencia, pero lo más importante es que él nos ha dado el libre
albedrío, esto significa que nos dio libertad para poder elegir entre lo bueno
y lo malo, para realizarnos de la mejor forma en este mundo.
Es necesario tomar en cuenta lo siguiente, para poder reflexionar
de una mejor manera nuestras decisiones:
·
Identificar
cual es el problema y analizarlo.
·
Aconséjate
a ti mismo como tu mejor amigo.
·
Pensar en
las consecuencias.
·
Evitar la
presión social.
·
Darle
mucha importancia a la decisión que se tomará.
·
Tomar en
cuenta todas las opciones o alternativas que hay, para optar por la mejor.
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