Comenzó el año y con él, comenzó el nuevo ciclo escolar.
Para muchas personas esta época es temida por un fenómeno que se replica en
diversas circunstancias: la cuesta de enero.
Muchas veces, el aguinaldo o los bonos que recibimos a fin
de año no sobreviven a los festejos. Si a este factor le sumamos la compra de
uniformes escolares, las listas de útiles, las inscripciones y o los gastos por
trámites, enero representa una gran cantidad de dificultades para comenzar el
año. Sobre todo en el aspecto económico. Además, el tránsito generalmente se
intensifica por la incorporación de los estudiantes y de nuevos conductores que
usan la infraestructura vial.
Muchas veces se suman a la cuesta de enero otros factores,
como el incremento en tasas impositivas, cuotas o contratos hechos para el año:
alquileres, colegiaturas, gimnasio, etcétera.
En realidad estas dificultades se dan mientras hacemos un reacomodo
de nuestras finanzas individuales o familiares. Muchos de los compromisos
económicos y los hábitos que adquirimos en enero permanecen hasta que el año
finaliza. Una de las recomendaciones más prudentes para reorganizar los gastos
del año es hacer presupuestos, anuales y mensuales. Cotejar bien de cuánto son
nuestros ingresos y cómo responden a las demandas del nuevo ciclo. Verificar
qué posibilidades hay de ahorrar, entre otras.
Es cierto que los nuevos comienzos son muchas veces
difíciles, pero también hay que verlos como el inicio de un nuevo ciclo de
posibilidades. Las decisiones que tomemos este mes muchas veces son cruciales y
determinan el comportamiento de nuestras finanzas durante el año. De parte de
Zantmaró Ediciones, esperamos que en 2018 cumplan con los objetivos y metas que
se han propuesto. Les dejamos un video con algunas recomendaciones para vencer
la cuesta de enero, y aunque muchas están enfocadas a reducir gastos en
diciembre, algunas aún pueden ayudarte para superar este problema y para que el
fenómeno no se replique el otro año.
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