La creatividad es una competencia imprescindible para un
mundo en el que las condiciones vitales y laborales cambian de forma tan
vertiginosa. Además, el arte en las escuelas potencia el aprendizaje como una
experiencia liberadora. La educación artística ofrece a los estudiantes un
panorama sin límites para su imaginación. Es un elemento importantísimo para el
desarrollo de múltiples inteligencias y ayuda a que tanto los alumnos como los
maestros resignifiquen constantemente lo que entienden por conocer. Además,
puede servir para afianzar vínculos en la comunidad educativa y para reforzar
la seguridad en sí mismos de los estudiantes. A continuación exponemos algunas
opciones y los beneficios que representan para el proceso de aprendizaje.
Escritura creativa
Muchas veces, los cursos de literatura no contemplan el
involucramiento de los estudiantes en procesos de escritura creativa. Sin
embargo, la creación de cuentos, poemas y ensayos es esencial para fortalecer
la relación de los estudiantes con el lenguaje. Además, ayuda a potenciar la
capacidad de pensamiento reflexivo, sobre sí mismos y sobre las relaciones que
establecen con su mundo. La creación literaria está directamente relacionada
con el autoconocimiento, el retomar algunas experiencias personales y la
sensibilización hacia los otros.
Artes plásticas
Las artes plásticas son muchas veces un mundo por explorar
en las instituciones educativas. La única premisa con la que debemos comenzar
este tipo de cursos es que no hay límites para la creatividad: desde la
experiencia de comentar una obra artística, hasta el montaje de exposiciones
con trabajos de los estudiantes.
Como experiencias formativas, se pueden realizar visitas
culturales a museos de arte, exposiciones o demostraciones en vivo. Estas
actividades ayudan al desarrollo de las capacidades de atención, reflexión y
creatividad. También ayuda a la formación de gustos e intereses particulares y
a hablar de sus experiencias personales.
La danza como expresión corporal
La danza es un recurso que puede llegar a incorporar todas
las áreas del conocimiento: lenguaje, matemática, historia, ciencias naturales,
etcétera. Además, se trata de una de las expresiones artísticas más populares
del país. Según Karen Konolly, citada por Leslie Tapia en la página elige educar, los niños que han tenido danza “son más ordenados, planifican
mejor, se ubican mejor en el espacio, van al teatro y tienen una opinión sobre
lo que los rodea”. La danza y las coreografías en trabajos colectivos son un medio
de autoconocimiento y reflexión sobre el propio cuerpo y su dimensión
expresiva.
En fin, son muchísimas las posibilidades de incorporar el
arte en las jornadas cotidianas de aprendizaje y cada una aporta grandes
beneficios al desarrollo personal de cada estudiante.
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