Cuando le preguntaron a Carlos Mérida sobre Carlos Valenti,
él afirmó que había sido el mejor pintor en la historia de Guatemala. Y es que
aunque Valenti había nacido en Francia, había hecho suya la patria en la que se
había criado desde los tres años. De tal suerte que a los guatemaltecos se nos
hace fácil decir que fue un pintor de nuestro país. Que realizó aquí la mayoría
de su obra. Que a los 23 años realizó un viaje a Francia, junto con Carlos
Mérida, su mejor amigo. Que a diferencia de Mérida, Valenti no regresó: se
suicidó, con apenas 23 años de vida. Lo enterraron en Montparnasse donde para
entonces ya habían enterrado a Charles Baudelaire.
El Dandy (1912). Acuarela sobre papel.
A pesar de la brevedad de su vida y de su obra, Valenti
ocupa un lugar especial en el desarrollo del arte guatemalteco del siglo XX.
Sus pinturas se vinculan generalmente con el movimiento impresionista francés, que
para finales del siglo XIX e inicios del siglo XX estaba en auge en Francia. El
impresionismo fue un movimiento artístico que, como su nombre lo indica,
confiaba más en la impresión que causaba la luz y el color de las cosas que en
el detalle de sus contornos. De ahí los bordes disgregados, sobrepasados por el
efecto de la luz creada por el color. Valenti no solo es considerado uno de los
mayores reformadores del arte visual de Guatemala, sino también uno de los
primeros expresionistas de la región. El expresionismo exageraba algunas formas
y algunos detalles para transmitir una idea o una emoción que no cabía en una
representación fiel de la realidad.
Sobre su obra, la crítica de arte Irma de Luján ha dicho:
“Con estos elementos se inicia un
proceso de despojamiento, en donde el artista confiere total libertad a las
formas plásticas, dentro de su propio concepto. Valenti se coloca ante el
paisaje en el punto justo, en que el caos y orden se encuentran, no como si uno
hubiera surgido del otro, sino como si ambos surgieron a la vez”.
Fuente: Prensa Libre, 12 de junio de 2001.
El viejo (1912). Óleo sobre tela.
Fue amigo íntimo de Carlos Mérida y generalmente se le
describe como un joven introvertido, dedicado por completo a su trabajo
creativo. Fue capaz de dejarlo todo por el sueño de París, sus luces, sus
edificios, el arte. Poca gente es capaz de dejarlo todo por un sueño, y menos
por un sueño relacionado con un futuro tan incierto.
Carlos Mérida al piano (1922). Carboncillo sobre papel.
Sin duda alguna, y a pesar de su muerte prematura, Valenti
es una figura imprescindible en el desarrollo de las artes plásticas de
Guatemala. Su vida es hoy una historia que inspira un mito: el mito del artista
desbordado por la desolación.
Fotografía de Carlos Valente. Fuente: Wikipedia.
Puedes ver más pinturas de Carlos Valentie la colección de Wikipedia.
Fuente de las pinturas: colección de Carlos Valenti del Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida.
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